Según información estadística, 6 de cada 10 personas a nivel mundial padecen o han padecido de halitosis o mal aliento crónico en algún momento de su vida. Una higiene oral deficiente, enfermedades en la cavidad bucal y ciertos hábitos de consumo están entre las causas más comunes por las que aparece este problema. Sin embargo, también es posible que se presente como la manifestación de una patología distinta. Saber identificar el origen es el punto de partida para mejorar esta incómoda condición.  

¿Qué es la halitosis o mal aliento?

Según su definición, la halitosis o mal aliento crónico es una manifestación clínica que se caracteriza por el mal olor que se desprende de la cavidad bucal. En la mayoría de los casos, el mal aliento es ocasionado en la misma boca, debido a una escasa o deficiente higiene oral. La descomposición bacteriana de los restos de alimentos que se acumulan entre los dientes, así como de células de la mucosa oral que desprenden cierto tipo de ácidos, es, en mayor medida, la causa por la que se produce el mal aliento.      

El estilo de vida es otro de los factores por el que se presentan muchos casos de halitosis. Existen algunos productos alimenticios específicos que favorecen la aparición de mal aliento, como el repollo, los ajos y las cebollas. Por su parte, el consumo excesivo de alcohol y tabaco profundizan este problema.

No obstante, la halitosis también puede ser la manifestación de cierto tipo de enfermedades, como la gastritis crónica, disfunción hepática, infección renal, diabetes o trastornos sistémicos, entre otras. También, se han presentado casos de mal aliento entre pacientes con problemas en el sistema respiratorio o enfermedades pulmonares.    

Problemas de salud que pueden producir halitosis

Aunque la mayoría de los casos de halitosis son originados por deficiencias en la higiene bucal, en ocasiones, algunos problemas de salud son el origen del mal aliento. Los trastornos intestinales, por ejemplo, suelen causar mal olor en la boca. Otro tipo de problemas digestivos que generan una excesiva fermentación de los alimentos también puede provocar halitosis.

De igual forma, una afección en los senos nasales también puede ser causa de mal aliento. Al tener la nariz congestionada, el exceso de mucosidad que baja por la zona posterior de la garganta hace que las bacterias se acumulen y multipliquen, generando mal olor en la boca.

La alteración del equilibrio de las bacterias en la cavidad bucal, sumado a la acumulación de placa bacteriana puede ser causante de inflamación y sangrado de las encías, desarrollándose enfermedades como la gingivitis y periodontitis, las cuales, entre otros síntomas, pueden producir mal aliento.      

El consumo de cierto tipo de medicamentos, como los antidepresivos, antihistamínicos o aquellos destinados al control de la presión arterial, pueden disminuir la producción de saliva por parte de las glándulas salivales, aumentando la posibilidad de producir mal aliento.  

Consejos para el mal aliento o la halitosis

Conocer el origen

  • Conocer el origen del problema es el punto de partida para combatir el mal aliento. A partir de ahí, se podrán establecer acciones que permitan mejorar esta condición. Sin embargo, la gran mayoría de los casos desaparecen implementando una adecuada higiene dental; esto es, cepillándose correctamente los dientes después de cada comida y usando hilo dental para extraer los restos de alimentos que se almacenan entre las piezas dentales y las encías.

Dentífricos antibacterianos

  • El uso de dentífricos con propiedades antibacterianas ayuda en la reducción del mal olor en la boca. El cepillado deberá incluir, además, la limpieza de la lengua, para mantenerla libre de bacterias y células muertas. La utilización de enjuagues o colutorios bucales, en especial los que contienen agentes antisépticos, son un gran complemento para refrescar el aliento. Una correcta limpieza bucal no solo elimina el mal aliento, sino que ayuda a prevenir la caries y disminuye el riesgo de sufrir enfermedades en las encías.  

En caso de utilizar implantes dentales o aparatos de ortodoncia

  • Es preciso realizarles una limpieza integral por lo menos una vez al día o de acuerdo a la recomendación del odontólogo. El especialista sabrá recomendar el producto de limpieza más idóneo para mantenerlo en buenas condiciones. Si se hace uso de un protector bucal o retenedor de ortodoncia, deberá mantenerse limpio cada vez que se coloque.   

Cambios en el estilo de vida y en la alimentación

  • En paralelo, cambios en el estilo de vida y en la alimentación son esenciales para hacerle frente al mal aliento. Los especialistas sugieren evitar el consumo de alimentos muy secos ya que pueden quedar adheridos al paladar, así como incrementar la ingesta de frutos con un alto contenido de ácido cítrico, como la naranja, pomelo o mandarina, con el fin de estimular la segregación de saliva. Beber abundante agua e infusiones de menta libres de azúcar también es de gran ayuda para combatir la halitosis.

Algunos alimentos

  • Estudios recientes han demostrado que algunas frutas como la manzana y verduras como la lechuga y las hojas de menta, son muy efectivas para eliminar el mal olor en la boca. Además, los polifenoles presentes en el té verde han mostrado su eficacia para desodorizar la cavidad bucal.   

Limpieza dental profesional

  • Muchas veces, las enfermedades en las encías pueden dejar espacios libres que se acumulan de bacterias que causan mal aliento. En la mayoría de los casos, solo el dentista a través de una limpieza dental profesional puede eliminar estas bacterias y, de ser el caso, recomendar el reemplazo de implantes dentales defectuosos.

Por último, cuando se sospecha de una patología o enfermedad como la causa de la halitosis, es fundamental acudir al médico especialista con el fin de realizar un diagnóstico certero e iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible.

La visita al dentista de forma regular es la mejor manera de mantener controlado el problema de halitosis; una revisión y limpieza integral de la cavidad bucal al menos cada seis meses es lo más recomendable para disfrutar de un aliento sano.